Muchas veces, esta madura rellenita acaba insatisfecha y siempre le pide a su marido probar cosas nuevas. Lo que pasa es que el tipo adora la rutina y no parece tener ganas de innovar, así que la señora no ha tenido más remedio que recurrir a su propio hijastro. Sabe que el chico le tiene ganas y que le genera un gran morbo, así que no le fue difícil convencerle. De hecho lo usó a modo de esclavo en una sesión BDSM donde tras atarlo en la cama, se lo folló sin descanso y lo sometió a sus gustos y necesidades, guardando el secreto de lo que habían hecho juntos.
Categoría: | Gordas |
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