Mientras iba con su coche tranquilamente, tuvo que hacer un alto ya que le entraron ganas de hacer aguas menores. Se metió en un bosque y tras aliviarse, la vieja cachonda vio como un desconocido se había hecho con sus bragas. El ambiente se fue caldeando y tras devolvérselas, la señora se fijó en el empalme que llevaba el tipo encima y no pudo resistirse. Se la chupó entre los árboles y luego, le dejó probar su coño y su culo en un polvazo al aire libre.
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