Como no tenía nada que hacer, la madurita Andi James alargó su rato en la cama y se quedó dormida más tiempo. No se enteró que había pasado por casa un amigo de su hijo y cuando este la vio dormida en lencería no pudo evitar meterle mano mientras ella aun seguía con los ojos cerrados. De repente le metió la polla a traición y fue entonces cuando despertó sobresaltada, aunque terminó por dejarse llevar ya que el jovencito estaba consiguiendo provocarle unos orgasmos que su marido es incapaz de conseguir.
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