Mientras dormía plácidamente para suavizar un dolor de cabeza insoportable que tenía, alguien comenzó a meterme mano de manera descarada a las tetas y al coño, yo como es lógico pensaba que era mi marido que había llegado con ganas de jugar, así que me dejé llevar. Pero cuando ya llevábamos un rato follando, empecé a notar cosas extrañas, como quela tenía super dura, así que me quité el antifaz y vi que el que me estaba follando en realidad era mi hijastro. El problema es que yo y estaba muy cachonda como para parar aquello, así que seguí hasta el final y la verdad es que tuvimos un coito de lo más placentero.
Categoría: | Madres |
Etiquetas: | dormidas, madrastras, POV, rubias tetonas, tetas gigantes |