Cada vez es más habitual encontrarse a mujeres divorciadas y muchas de ellas andan desesperadas por pasar un buen rato de sexo. Fue ese el motivo por el que estas dos milfs decidieron echar mano del entrenador de sus hijos, invitándole a comer para conocerse mejor. Aunque lo cierto es que las maduritas solo querían una excusa para estar a solas con el mulato y tener con él un trío de lo más morboso.
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