Mientras se ponía cómoda en su colchoneta, esta abuela sufrió un percance y cayó al agua, casi sufriendo un ahogamiento. Por suerte un joven andaba cerca y la rescató, incluso tuvo que hacerle el boca a boca para conseguir que volviese a respirar. La señora le debía la vida y en agradecimiento por ayudarla, decidió comerse la polla allí mismo en mitad de la playa. El joven no esperaba esa reacción, pero le siguió la corriente y acabó follándose su coño y gozando de sexo en público.